25.1.11

Maru y el amor

“Pocos minutos después –cuenta- yo también me pierdo entre la gente, zapatos, zapatillas, escaleras, la calle, tacos y botas. El mismo camino cuando lo hacíamos juntos era más lento, o rápido, pero a nuestro tiempo, un ritmo de los dos, mirar a los demás y comentar la ropa o un gesto, o esa pareja que ni se mira, aburridos, sin hablar, cada uno en lo suyo. Siempre hablamos de parejas. Nos poníamos en una línea paralela, libres de cualquier minucia de pareja tradicional no por excéntricos sino porque nos entendíamos como ningún otro podía entender a cada uno. Dos nenes que juegan un juego inventado por ellos indescifrable para los demás. Nada raro. Inexplicable, quizá. Pero no raro. El más simple juego de encastre: encastraba. Éramos indestructibles. Una pareja superhéroe frente a las parejas aburridas. Pareja infancia…”

1 comentario:

  1. ¡Qué hermoso! Y qué descripción perfecta de esa sensación... Triste la historia que se cuenta en aquél otro blog...

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