23.11.09

Otra de amor

Después de las fiestas

Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedabamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

qué hermosos era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras mas que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados


Julio Cortázar
Salvo el Crepúsculo

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